No se pude negar lo evidente, no se puede arrancar con promesas una realidad tan palpable como la tierra, no podemos borrar el legado que nos dejó la política de los años 90, ha sido una siembra que nos duró una década, un trabajo de hormiga de largo plazo que ha dado obviamente sus frutos y hoy podemos estar cosechando lo que Fujimori, Montesinos y sus secuaces nos han legado, una verdadera institucionalización de la delincuencia, sin quitarle méritos a los gobiernos tibios que le han precedido, ni Toledo, ni Alan, ni Humala quisieron mover un dedo para detener esta ola delincuencial que hoy vemos convertida en tsunami.

Hace cinco días encontraron al Comisario de Nuevo Chimbote Comandante PNP Freddy Tuesta Chicana transportando 109 kilogramos de cocaína, aquel personaje que debía velar por la seguridad, aquella persona en la que el Estado que encarnamos todos los peruanos depositamos toda nuestra confianza para asegurarnos de que las drogas no lleguen a manos de nuestros hijos e hijas, de que las armas no lleguen a manos de los delincuentes, de que los ilícitos no sean cometidos a vista y paciencia de su territorio.

El día de ayer era atrapado también el fiscal adjunto provisional de la Fiscalía Especializada en Lavado de Activos de Juliaca, Joe Valdivia Guevara, justo en el momento en que recibía una coima de 50 mil dólares, como parte del pago final que le haría la ciudadana Juana Ito Mamani para que la denuncia en su contra fuera archivada y quede limpia de toda acusación.

Todo esto ocurre en el transcurso de una semana marcada por la visibilización de la introducción del narcotráfico en las campañas políticas, con una grave acusación al Secretario del partido político Fuerza Popular sobre el lavado de 15 millones de dólares que habría recibido de la candidata de su partido Keiko Fujimori presuntamente para limpiaros a través de grifos y hacerlos circular como dinero lícito, todo ello ha traído cola y le ha recordado a Joaquín Ramírez la acusación que pesa contra él en la Fiscalía de Lavado de Activos, la misma que extrañamente duerme en el archivo de la Fiscalía y que extrañamente también incluye a su hermano en estas investigaciones.

Bajo esta situación no es muy extraño que aún tengamos a muchas ex autoridades prófugas de la justicia, incluyendo al clan de la familia Fujimori, que apenas se empezaron a conocer los excesos de su gobierno optaron por regresar a su país de origen para bloquear cualquier proceso en su contra, tampoco sería extraño que los prófugos Gerardo Viñas y Marjorie Jimenez, ex presidente regional de Tumbes y ex alcaldesa de Tumbes respectivamente, estén jugando de la mano con algunos malos efectivos de las instituciones envueltas en escandalosos juegos con la delincuencia, por lo menos este es el argumento que se teje en las calles de la Región Tumbes y no queda otra que esperar a que alguien se proponga encontrarlos para ver cómo cae la red de corrupción institucionalizada por sólo poner este ejemplo.