Con el pasar de los días y mientras más nos acercamos al tan ansiado 10 de abril podemos apreciar que se empieza a revolver más y más el lodo que se había acumulado durante todo este tiempo debajo del agua de cada una de las candidaturas, algo que al inicio se podía ocultar sin que se note mucho a la vista del descuidado elector peruano.

Muchas personas podrían pensar que Acuña es el único que se vale de su empresa educativa para costear los tan elevados gastos de campaña y hasta utiliza casi todas las instituciones como plataforma para captar a más adeptos entre los que encontramos a personas que están convencidas de que Acuña es el cambio en educación - generalmente los que ocupan grandes cargos en sus negocios - y otros a los cuales lo único que les importa es mantener su trabajo y no queda otra que hacerle barra al jefe.

Pero en los últimos meses hemos visto que otros candidatos también se han servido de sus negocios como si se tratase de una practica honesta y apoyada por las normas electorales, así es como se descubrieron las reuniones de Alan García en la universidad San Martín de Porres, universidad en la que ocupaba un cargo importante sin poseer el grado de doctor como lo solicita la ley, así también ha logrado transportarse en vehículos pertenecientes a dicha casa de estudios.

Otro candidato que ha colaborado con esta mala praxis en tiempos electorales ha sido el candidato amarillo Pepe Luna - pata de Castañeda - que ha invadido las calles de su publicidad, es el único caso en el cual encontramos propaganda en la que su nombre - es candidato a vicepresidente - aparece en letra más grande que la de su célebre postulante a la presidencia Nano "Se van al Carajo" Guerra, así como que las calles empezaron a plagarse en un momento de gigantografías de su universidad con su rostro en alto relieve, tal como lo hizo Acuña.

Pero no todo queda ahí, se ha empezado a extender como agua de tsunami el rumor de que hay otra universidad que ha empezado a eliminar a los docentes que no se alinean con su proclama política y sistemáticamente ha ido apartando a todo aquel que se oponga o que no quiera usar la camiseta de la campaña. No todo queda ahí pues también las matriculas y las pensiones se han elevado repentinamente, algo que no ha ocurrido en anteriores años no electorales, todo apunta a que se necesita más dinero para la campaña. ¿Dónde está el JNE que sólo mira el color azul y no el arco iris completo que nace en sus narices?