Existen pocos episodios en los cuales se puede ver a la izquierda abofeteando a los periodistas - ¿que la CONFIEP gerencia? - y es de suponer que si una candidata que se ha enfrentado a la corrupción arrancándole la máscara durante su sobresaliente estadía en el hemiciclo acepta la invitación de ir a la casa de un personaje con nombre de perro llamado “peluchín” y de programas que embrutecen a la población, es lógico pensar que dicha candidata se someterá a lo peor de la cloaca periodística. 

Ayer mientras leía el aviso de que Verónica Mendoza se presentaría en el pseudoprograma Sin Medias Tintas, pensé por un momento que había perdido la razón, que se le había obnubilado el razonamiento, pero cinco minutos después recordé aquella escena en la cual apabullaba a la fujimorista Martha Chávez por la televisión y volví a memorar la valentía de aquella mujer que muchas veces tomó la calle junto a los jóvenes para impedir que los exploten laboralmente, volví a ver a aquella mujer que renunció al poder del partido de gobierno para volver al lugar que nunca abandonó y enfrentar al gobierno para defender a las familias de los pobladores que el gobierno de Humala asesinó.  

Corrían las 10 de la noche y moría de sueño pero eso no fue impedimento para esperar y torturarme viendo un canal que ni su nombre puedo pronunciar, hasta que apareció ella como siempre con un peinado improvisado que ya quisieran tener las mujeres que la iban a entrevistar, la cámara cambió de toma y fue entonces que vi el panel de carroñeros que la entrevistarían mirándola como esperando cualquier tropiezo para empezar a servirse del festín, - ¿que le habían prometido a las grandes empresas que no quieren ser sometidas a fiscalización y que quieren seguir evadiendo impuestos y contaminando a diestra y siniestra? - fue en ese mismo momento que Aldo M le alcanzó su vergonzoso libro que nunca llegará a ser material de lectura obligatoria como lo es el de su iluminado pariente, y empezó a tratar de ladrar un tartamudo Francés que nadie entendió pero que fue la piedra de toque que dio impulso a una noche memorable para Verónika Mendoza, que respondió con un quechua fluido que hace honor a la cultura viva de un país sediento de identidad, el resto de la entrevista ya la conocen en estos momento todos y todas.

Ojala mi Tumbes hubiera tenido una Congresista así que no olvida sus raíces, pero en cambio el fujimorismo nos regaló una congresista que ni siquiera después de tantos años se aprendió el himno que nos legara el insigne Eduardo Ávalos Bustamante. 

Sigo pensando que sólo hay una opción válida en estas elecciones y que representa al pueblo, sigo imaginándome a los pescadores de mi país navegando con seguridad, sigo pensando en los agricultores que caminan al borde de la carretera sin una vida decente, sigo soñando con ver docentes con estabilidad laboral y capacitación constante por nuestros hijos, sigo viendo hospitales con consultorios atendiendo todo el día, sigo viendo que la minería y la explotación de hidrocarburos acaba con la desnutrición y la anemia en los lugares donde se desarrolla y seguiré soñando con un Perú sin discriminación.